HABILIDAD Y ALEGRÍA MESTIZA
El baile más representativo del estado de Tabasco es el Zapateado. De origen mestizo, tiene influencia directa del “fandango”, que llegó desde España a México en el tiempo de la colonia. En Tabasco se le conoció como “fandanguillo”, y es el antecedente más inmediato.
La danza se practica en básicamente todas las regiones de Tabasco. Desde hace casi dos siglos, este baile ha estado presente en fiestas religiosas y civiles, y ya es parte del folclore del estado. Se acompaña de marimba y de bandas de tamborileros, aunque mucho se ha discutido sobre el tipo de música y la instrumentación desde su origen.
El zapateado o “zapateo tabasqueño” (como también se le conoce) es una de las danzas folclóricas más imponentes del país, pues para poder realizarlo se requiere de la combinación de ciertos elementos como agilidad, precisión, velocidad y destreza, ya que la manera de zapatear es bastante elaborada y compleja, además de que sus ejecutantes necesitan de buena condición física y gran resistencia. El compás del zapateo es de seis por ocho, muy parecido al huapango, pero con un grado de dificultad diferente.
La precisión es el elemento más importante, ya que junto con la velocidad de reacción se realiza una secuencia fluida que debe quedar lo más fina posible.
La vestimenta para ejecutar el zapateado tabasqueño es el típico traje regional del estado, que consiste, en el caso de los hombres, en una camisa y un pantalón blancos, de manta, zapatos negros, sombrero de palma y un paliacate rojo atado al cuello. Las mujeres visten faldas largas floreadas o faldas azul marino con listones de colores en la parte baja, a manera de franjas, blusas blancas con tiras floreadas bordadas en el cuello y mangas, un peinado en chongo, acompañado de una flor de tulipán, zapatos negros y rebozo.
Hay que destacar que en Tabasco existen muchas academias que ofrecen clases para aprender las técnicas de este singular baile. Además, cada año se realizan festivales y concursos de zapateado, con lo cual se preserva esta bella danza, justamente precedida por su reputación, tanto en México como en el mundo.
